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Escribir como catarsis

La escritura de lo personal como catarsis

Toda escritura es autobiográfica, de eso estoy segura, pero es cierto que algunas veces se hace más evidente cuando se escribe de una experiencia personal directamente y en primera persona sin ningún artificio; es entonces cuando a través de la escritura de lo personal se hace una catarsis.

Hoy quiero compartir contigo un ejemplo que me impactó especialmente : Diana Athill con su obra After a funeral.

En 2017 viví en Irlanda y fue una suerte ya que a nivel literario en un país muy fructífero y acogedor.

Una de las cosas buenas que me traje de allí es una pequeña colección de libros en inglés que voy leyendo y compagino con lecturas en español, francés y catalán. La librería donde compré estos ejemplares, que fui seleccionando con esmero, es Vibes & Scribes en Cork y pasé allí muy buenos momentos. Hace poco he leído uno de estos libros: After a funeral de Diana Athill y me ha sorprendido gratamente al ser una autora que no conocía.

Me costó solo tres euros y me llamó la atención la portada. Fue publicado en 1986 y ganó el Premio J. R. Ackerley para autobiografías. De este género fue una experta Diana de la que quiero presentaros ahora.

La autora nació en 1917 en Londres y murió en 2019. Las imágenes que encontré de ella en internet me transmiten que era una mujer fuerte e interesante. No obstante, al investigar sobre su vida seguro que lo fue ya que fue editora literaria, novelista y escritora de memorias y trabajó con algunos de los más grandes escritores del siglo XX en la editorial con sede en Londres Andre Deutsch Ltd.

Diana creció en una casa de campo. Sus padres fueron Lawrence Athill, un comandante, y Alice Carr. Su abuelo materno había sido un biógrafo importante y algunos miembros de su familia se habían dedicado a la enseñanza con lo cual Diana creció en un ambiente con acceso a los libros.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Diana ayudó a su amigo André Deutsch a emprender con una editorial y cinco años más tarde su amigo fundó una que lleva su propio nombre, donde Diana tiene oportunidad con trabajar estrechamente con autores.

Como ves se confirma: Diana tuvo una vida interesante que la fue forjando como autora especial.

Athill se retiró de Deutsch en 1993 a la edad de 75 años, después de más de 50 años en el mundo editorial. Continuó influyendo en el mundo literario a través de sus reveladoras memorias acerca de su carrera editorial.

Como autora publicó varias novelas, sin embargo, donde brilló fue en sus libros autobiográficos entre los que está en que hoy nos ocupa: After a funeral.

En este libro Diana nos cuenta su historia de cuando conoció a Didi, un hombre al que ella adoraba como escritor. Él era un exiliado egipcio que se había criado en una familia dispar, que había tratado de estudiar medicina, según el deseo familiar, pero que después había abandonado para malvivir a base de trabajos mal pagados mientras trataba de escribir y, sobre todo, de superar su depresión en la que estaba inmerso cuando Diana le conoció.

Diana, que era bastantes años mayor que él, se sintió fascinada por la inteligencia y dulzura de aquel hombre y, aunque su relación de amor no duró mucho, ya que se tornó enseguida en una relación codependiente en la que ella quería ayudarle y él le daba señales ambiguas constantemente. Diana se sintió fascinada por él al instante y, al poco tiempo, Didi se trasladó a vivir al piso de ella donde compartieron piso, vacaciones, discusiones e intimidad.

A las pocas semanas la verdadera cara oculta de él salió a la luz. Didi podía ser también muy cruel, tenía problemas con la bebida, era un seductor e incapaz de mantener un trabajo más de dos días.

Al cabo de tres años de conocerse, Didi se suicidó en el apartamento de Diana, y este libro es, en realidad, un ejercicio de la autora por acercarse al recuerdo y al alma ese hombre al que amó desde la perspectiva que da el tiempo.

Diana cuenta esta relación con una honestidad tremenda en la que desnuda sus sentimientos y cómo ha llegado a ver a Didi con el tiempo, como decía antes. Nos da detalles íntimos de sus pensamientos, de cómo se sentía con respecto a él y sus relaciones de cómo se sentía cuando leía el diario íntimo de él, que se dejaba abierto con intención (parece) de que ella leyera cosas horribles y que podía resultar ofensivas.

Me ha parecido un acercamiento inmenso para comprender el alma humana y una vía de comprender la depresión como nunca había leído. Una mirada única.

La autora declaró con motivo de su publicación que este libro había sido la obra de su vida.

Es indudable que fue para Diana al mismo tiempo un ejercicio de terapia personal a través de lo que ella mejor sabía hacer: escribir. Me emociona pensar cómo debió de ser para ella desnudarse para contar esta historia tan íntima y tan dolorosa y que ella, sin duda, sabía que lo mejor que podía hacer para sanar, entender y resignificar esa experiencia era sentarse y ser honesta ante el papel en blanco.

Sonia Rico

Al hilo de la relación que mantuvo con Didi (Waguih Ghali) ella consideraba que sentía una «estúpida predilección hacia los extranjeros oprimidos», una inclinación que ella caracteriza como una «excentricidad graciosa» en su instinto maternal: «nunca deseé tener hijos, pero siempre tuve gusto por los enclenques».

Athill fue nombrada oficial de la Orden del Imperio Británico en 2009 por sus servicios a la literatura.

En los próximos meses seguiré descubriendo esa mini biblioteca que me traje de Cork y compartiré con vosotros lo que me parezca relevante porque nunca, nunca se saber dónde están las joyas literarias.

¿Has leído algún libro donde el autor se desnude y nos cuente algo personal?

¿Un libro donde se perciba el carácter terapéutico que tiene la escritura?

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