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Biblioteca de escritora

Mi viaje a Limerick en busca de Las cenizas de Angela

written by Sonia junio 3, 2019
Mi viaje a Limerick en busca de Las cenizas de Angela
Hace muchos años leí Las cenizas de Ángela de Frank McCourt. Recuerdo que lo leí a la par que una tía mía que vive en Málaga porque por aquel entonces las dos estábamos suscritas al Círculo de lectores y muchas veces coincidíamos en la compra de libro.

Las dos vivimos la lectura con mucha intensidad ya que el libro es un drama puro y al saber que la historia de esos niños eran real nos quedamos muy tocadas. Tanto que decidimos algún día viajar las dos a Limerick, el pueblecito irlandés donde sucedió todo.

El libro se publico en 1996 y fue un éxito editorial y galardonado con el Premio Pulitzer. Más tarde, en 1999, fue llevado al cine y resultó ser una película aclamada por la crítica, también.

Para los que no hayáis leído el libro ni visto película, haz clic aquí para ver un tráiler.

El propio autor, Frank, cuenta su historia y la de su familia de irlandeses emigrantes, desde el punto de vista de cuando él era un niño. La novela se desarrolla en los años cuarenta principalmente en Limerick.  Su padre, un hombre alcohólico y soñador empedernido, no encontraba trabajo y cuando lo hacía raramente le duraba de más de una semana. De este modo la madre, Ángela, no tiene dinero ni medios para dar de comer a sus hijos. Debido a los escasos medios, al clima húmedo  y lluvioso fallecen hasta 3 de los hijos. Frank lo narra desde un punto de vista compasivo y al mismo tiempo con grandes dosis de humor.

 

 

 

 

Así comienza la novela:

Cuando recuerdo mi infancia, me pregunto cómo pude sobrevivir siquiera. Fue, naturalmente, una infancia desgraciada, se entiende; las infancias felices no merecen que les prestemos atención. La infancia desgraciada irlandesa es pero que cualquier otra infancia desgraciada, pero la infancia desgraciada irlandesa católica es la peor de todas.

Al final, el viaje no lo he hecho con mi tía pero pude cumplir el sueño de pisar las calles de Limerick y además con un señor nacido allí que conoce bien la historia, Noel Curtin y que muy amablemente accedió a acompañarme por los lugares y hacerme una ruta guiada sobre lo sucedido.

Lo primero que me advirtió Noel es algo que ya sabía: que esperaba que no me decepcionara porque si esperaba encontrar las imágenes, callejones y casas de la película, esas localizaciones se crearon en Limerick y Cork para el rodaje, y que afortunadamente aquellas casas casi en ruinas, aquellos barrios donde se concentraba la gente pobre ya no existían realmente, lo cual es una buena noticia.

Noel conoce al dedillo la historia e incluso a su familia y la viuda de Frank así que no me decepcionó para nada porque me contó muchos detalles y curiosidades.

Esta foto corresponde al lugar donde estaba la casa primera donde vivieron al llegar de América a Limerick. Como veis hoy también es una casa, pero no es la misma, se construyó allí de nuevo. Sirve para hacerse una idea de la ubicación e imaginarse al pequeño Frank corretear por allí con sus hermanos y a su madre, Ángela, fumando en la puerta.

 

 

 

 

La escuela Leamy, como veis en la foto, aun sigue abierta pero no como escuela si no como museo homenaje al escritor. Allí fue donde estudió y donde le ocurrieron muchas cosas con compañeros y profesores. Actualmente alberga un museo en su honor y se guardan parte de sus cenizas.

 

 

 

 

 

 

La madre de Frank, Ángela, acudió varias veces a la beneficencia a pedir ayuda para alimentar a sus hijos a la Sociedad de San Vicente que Paul que aun sigue ayudando a los más desfavorecidos. Mirando la foto cuesta poco imaginársela haciendo una larga cola junto con otras mujeres, y es que aquella época había mucha pobreza en Irlanda. Los maridos de muchas mujeres se iban a trabajar a Inglaterra para poder enviarles diento a sus familias, y hay que tener en cuenta que las mujeres en aquellos años no podía trabajar, no había empleo femenino, como mucho podían ayudar limpiando en otras casas, pero para Ángela, cargada de hijos, no era una opción viable, no tenía con quien dejar a sus hijos. En cuanto a pedir ayuda su marido, Malachy, la criticaba por ello, ya que le decía que debía tener orgullo y dignidad, pero ella le contestaba que sus hijos se morían de hambre. Era casi lo único que la podía hacer.

 

 

Aun sigue en pie, sin embargo, el edificio de Correos y telégrafos donde Frank empezó a atrabajar cuando tenía 14 o 15 años. Esto fue muy importante para él ya que en aquella época la gente recibía muchas cartas y telegramas, era la principal forma de recibir noticias y comunicarse así que llegaba a todas las casas con la bicicleta y casi siempre le daban propinas. Para él fue una paso muy importante porque esto le permitió ayudar a su madre económicamente.

 

 

 

Uno de los puntos que más me impresionó es el Bar W.J.South ya que suceden dos cosas relevantes en el. La primera es una escena desgarradora en la que el pequeño Frank acude al bar enviado por su madre a buscar al padre. Lo están esperando hace horas ya que tienen que enterrar a otro de sus hijos, que ha fallecido, y esperan a que le llegue a casa con el ataúd. Sin embargo, ante esta tardanza sospechan que está en el bar, bebiendo y esto hace que Ángela envió a Frank a por él. Cuando llega allí dentro ve que, efectivamente, su padre esta allí dentro bebiéndose una pinta que tiene apoyada sobre el pequeño ataúd blanco. La segunda escena que Frank nos cuenta en su libro es que su tío le llevó a él allí mismo a tomarse la primera pinta, y esa noche acabó en su primera borrachera. Noel me contó que además Frank, ya de adulto, cuando volvía a Limerick desde Estados Unidos siempre volvía a aquel bar.

 

 

 

La noche que Frank se emborrachó por primera vez ocurrió algo muy triste porque al llegar a casa su madre lo recibió indignada. Para Ángela ver que su hijo bebía debió de ser algo devastador ya que no querría que siguiera el ejemplo de su padre. Eso provocó una pelea entre ambos en la que Frank acabó siendo agresivo con su madre y le echó en cara que cada noche durmiera con Laman Griffin.

 

 

 

Este señor era un familiar algo retirado de ellos que los había acogido en la planta baja de su casa ya que no tenían dinero para pagar el alquiler y les habían echado de casa y por aquel entonces el padre se encontraba en Inglaterra y no sabían nada de él. Las supuestas relaciones que su madre mantenía con aquel señor eran algo que, lógicamente, a Frank no le gustaba y la culpó por ello. Desde mi punto de vista qué más podía hacer ella que contentar a Griffin. Supongo que poniéndonos en la piel de Ángela que no  tenía  ningún medio ni apoyo, lo único que deseaba era que sus hijos tuvieran un techo donde dormir. Sin embargo, como adolescente, Frank no se lo perdonaba.

Hablé de ello con Noel y comentamos esta opinión y en este punto hay un detalle muy curioso ya que en el libro y la película Griffin es presentado como un hombre feo, gordo y sucio, sin embargo, el hermano de Noel que es aficionado a encontrar fotos antiguas de Limerick ha encontrado por casualidad una foto de aquel hombre y no coincide nada con la descripción que de él nos hace Frank. Resulta que este hombre no era tan feo como nos hace creer, que tenía un trabajo decente, que jugaba a rugby y era deportista y bastante atlético…entonces ¿por qué Frank nos lo presenta así? Quizás porque en su mente quedó como un recuerdo nefasto al desarrollar animadversión hacia él o quizás como una “venganza”. Quién sabe. Aquí tenéis la foto que pude hacer de esa foto.

Otra curiosidad más que me contó Noel es que el hermano de Frank, Malachy McCourt, también ha escrito un libro sobre sus recuerdos de aquella infancia, se titula “ The monk swimming” y en el cuenta cosas y detalles que Frank no cuenta en su novela. Por ejemplo, no se sabe nada de qué sucede con el padre cuando se marcha a Inglaterra, sin embargo, en el libro de Malachy nos cuenta que durante esos años estuvo detenido y en la cárcel hasta 22 veces. Sin duda, el que esté muy interesado en esta historia  como yo, debería ir a por el libro. Yo por recomendación de Noel ya lo tengo y espero ponerme pronto con él para descubrir mas detalles.

Frank McCourt logró ahorrar el dinero suficiente para viajar a América y poder estudiar y huir así de la miseria que le había acompañado toda su vida. Logró acceder a estudios universitarios y fue profesor de literatura durante 30 años.

Frank falleció debido a un cáncer y su hermano, Malachy, vive actualmente en Nueva York. Aquí los tenéis de pequeños tocando en la banda. Lo que Noel no se explica es cómo ambos llevaban un uniforme. No entiende cómo lograron hacerse con uno ya que él recuerda de su infancia haber tocado en la banda también, sin uniforme, ya que era un gasto para la familia y le parece extraño que ambos hermanos hubieran podido acceder a tenerlo dadas las condiciones en las que vivían. Una cuestión que queda en el aire.

 

 

 

 

 

Si quieres leer más sobre literatura en Irlanda te gustará Cuando Joyce me persiguió en Dublín.

 

 

 

 

Mi viaje a Limerick en busca de Las cenizas de Angela was last modified: abril 12th, 2019 by Sonia
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